Feliz y placentero, así me siento.
Libre de estar con quien quiera, de acostarme, en especial, contigo.
Contento de poder entregarme al placer, al intercambio corporal...
A la sudoración mutua, a tus besos en mi piel, tus caricias cerca a mis labios y tus dedos rozando mi espalda.
A tus susurros en mi oído y a tu mano agarrando fuertemente mi entrepierna.
Al movimiento, ese vaivén de nuestros cuerpos encontrados de frente.
Entregarme a ti....
Que me hiciste tan feliz aquella noche, aquella mañana y aquella tarde.
Aquel día interminable de placer.
No solo de intercambio corporal, sino también de intercambio mental, algo de intercambio sentimental y de mucho intercambio pasional.
Me encuentro en apertura sexual y eso es una buena señal, de que no tengo miedo a entregarme, a permitirme sentir a tu lado, de arriesgarme a estrellarme de frente al mundo nuevamente.
Libre, de prejuicios.
Ser libre es ser feliz y por ahora estoy siendo feliz a tu lado.
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