Despedirme de él fue lo más difícil.
Él ya sabía que yo iba a partir, lo había sentido semanas atrás...
Estaba inquieto y no me quería mirar a los ojos, aun cuando lo abrace fuertemente no reaccionó y tan solo espero a que lo soltara para volverse a acomodar.
Estaba inquieto y no me quería mirar a los ojos, aun cuando lo abrace fuertemente no reaccionó y tan solo espero a que lo soltara para volverse a acomodar.
La noche anterior había estado activo, más de lo normal, juguetón y aun así bastante distante.
Era extraño, por que insistía en llamar mi atención pero cuando la tenia, huía, se escabullía y se escondía...
Yo estaba muy ocupado en detalles finales como para cortarlo por la casa a la 1am.
Él insistió hasta que me fui a dormir; cuando me levante ya estaba indiferente y apático. No me saludo, no me quiso pedir comida y tan solo vagaba por la casa, evadiendome y definitivamente ignorandome.
Lo abrace una vez mas antes de partir pero el no respondió simplemente se mantuvo enroscado... Y ni siquiera ronroneo...
Fue entonces cuando pensé en su ultimo maullido, ese que me dio la noche antes de irme a dormir.
De alguna manera entendí que él ya había aceptado el hecho de que yo partiría y que por eso mismo había vuelto, se iba a quedar aceptando el hecho de que yo ya no seria su amo.
Curiosamente siento que fue mas duro para mi que para él...
Yo ya no tengo a quien molestar, quien este pendiente de mi, o quien ande detrás mío.
¿Y que debo hacer entonces con todo este cariño que siento adentro y que estoy dispuesto a entregar?
En las noches lo recuerdo constantemente, pues aun me despierto a la mitad de la noche en mi cama vacía esperando que el me vuelva a decir "miau".