domingo, 12 de mayo de 2013

¿Existo?



Soy real, mas no logro definir mi existencia.

Sigo esforzándome por entender el hecho de saber quien es Camilo Bedon.


Entiendo que existe, que es real y que posee un cuerpo, pero no logro descifrar realmente quién o cómo es.
Entiendo su corporalidad, su necesidad de búsqueda y cuestionamiento.

Mas no encuentro la manera de conectarlo con la realidad en la que se sumerge y de la que en ocasiones no quiere hacer parte.
Conozco un poco de su alma, de su espíritu, de su edad emocional, de su visión del mundo y de su empirismo hacia el entendimiento de lo que puede ser el sentimiento de un otro externo a él.

Conozco su objetivo en este plano, el por qué decidió esta temporalidad, el por qué escogió el Arte como su forma de vida. Entiendo que se encuentra un poco desfasado.

No logro explicar su afán e interés por la falta de definición de si mismo.

El deseo constante de cambio, el ímpetu por no dejarse encasillar y luchar por mantenerse en un proceso de transformación.

Pero entonces queda la eterna duda de no saber nunca, de una manera completa y profunda quién es aquel ser que se hace llamar Camilo Bedon.


Él insiste en no poder ser alguien mas, él no pretende o quiere crear una nueva identidad, él quiere poder despojarse de si mismo, dejar a un lado su construcción social y familiar para poder adentrarse en su esencia, o en lo que él cree puede llegar a ser su yo interior.


Mantiene contacto con su niño, con su adolescente, con su joven adulto y trata de establecer una conexión con lo que cree será su adulto y su hombre mayor.

-Mirarme en el espejo y poder dejar de encontrarme a mi mismo se volvió entonces un ejercicio con el que pude hallar una nueva manera de conectarme con eso interno que intento comunicar-


Lo vi crecer, lo vi cambiar, lo vi perderse sin poderse volver a encontrar.
Sufrí cuando no supo hacia donde correr, al no encontrar como regresar y no entender hacia donde seguir.
Sentí su alegría al entender que no tenia que regresar, que no había a donde regresar, que el recorrido hacia su interior es extenso e interminable. 
Me llené de euforia al verlo liberarse de lo que siempre creyó de si mismo y me contagie de su satisfacción al comprender que en su transformación la identidad de él mismo en esta sociedad no era lo importante. 


Ahora encuentro un Camilo Bedon diferente, menos prejuicioso, mas tolerante, mas desconocedor de si mismo y sin embargo con mas aceptación y tranquilidad a lo que puede llegar a ser.

La posibilidad de convertirse en algo o alguien quedo abolida.
Ahora lo primordial es poder seguir encontrando nuevas formas de reconocerse, nuevas formas de afirmar lo que no quiere ser desde la posibilidad de seguir siendo un cuerpo en esencia dispuesto a estudiar el cambio y a no parar de "envejecer".


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