Una vez mas me encuentro a la deriva y me encanta.
Me sumerjo y me abrumo con la sensación de libertad, me "limito" únicamente a descubrir la senda, el rastro luminoso del nuevo camino que he de tomar.
En el ir y venir del tiempo la única constante es el presente, que disfruto escribiendo, que comparto sonriendo.
En la preocupación por el futuro solo encuentro una luz blanca, brillante y tranquilizante.
Encuentro un mar sin horizonte en el que todo es posible, encuentro un sin fin de colores que se generaron con cada atardecer y amanecer vivido contigo.
La incertidumbre ya no me agobia, el miedo a la "perdida" de tiempo ya no me consume.
La libertad de no sentirme atado a la vida misma es algo a lo que no pretendo renunciar, algo que haré parte de mi conciencia para siempre poder continuar.
La felicidad se haya en el entender la necesidad de crecer de tu cuerpo y mente, de tu espíritu y corazón.
Mi felicidad se basa en poder seguir creando imagen, desarrollando la plástica y en dejar de pretender quien soy.
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